Ante la fuerza interior, lo externo es insignificante
Dedique doce horas a releer el clásico de Stephen R. Covey, Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Perdura porque es conciso, práctico y, sobre todo, porque resuena: en algún punto te ves reflejado. Como en los horóscopos, siempre hay una frase que “te habla”. Covey bromeaba que su calvicie venía de «usar el tiempo de peluquería de otros para servir a la sociedad», un eco de Lu Xun con su «tiempo de café» dedicado a escribir.
Sobre la traducción, creo que algunas expresiones podrían sinizarse mejor: Begin with the End in Mind como 不忘初心 (no olvidar la intención inicial); Think Win/Win como 共赢思维 (pensamiento ganar‑ganar); Empathic Listening como 换位思考 (ponerse en el lugar del otro); Synergize como 共鸣 (resonancia).
Leí el libro hace seis años; hoy descubro cosas nuevas. Practico razonablemente «Primero lo primero», pero mi debilidad es «Empezar con un fin en mente». Covey recuerda que los siete hábitos son una búsqueda de toda la vida; la perfección no es realista — y eso tranquiliza. Con la carga laboral, también caí en priorizar lo «importante y urgente» (cuadrante I), agotador.
Los siete hábitos son un estilo de vida, especialmente los tres primeros (proactividad, fin en mente, primero lo primero). Para cooperar y lograr en lo público, primero hay que sostenerse como individuo. Para mí, los tres primeros son Dao (principio) y los siguientes, Shu (técnica). Covey insiste: conócete — fortalezas, debilidades y sombras — para contener el deseo, potenciar lo fuerte y compensar lo débil.
Jack Ma dijo: «Todas las cosas malas que hacen los hombres, yo quise hacerlas». No lo interpreto como apología del vicio, sino como examen propio: entender el mundo interior y los defectos. Así, «superar mis defectos» puede vivir en el cuadrante II y alimentar la auto‑cultivación — no como otro magnate del e‑commerce que, aun con escuela de negocios, cayó. ¿Les enseñan de verdad «empezar con un fin en mente»?
Covey no predica idolatrar el tiempo. Si practicas Fin en mente y Primero lo primero, no hace falta venerar el reloj. En su Última Entrevista, propone un truco: caminar para hacer ejercicio mientras conversas con la familia — dos objetivos en uno. La literatura del “éxito” repite equilibrar familia‑carrera; yo digo: primero el yo. Solo con una mente madura se manejan bien ambos. La mejor inversión es en uno mismo, especialmente tiempo: reservar tiempo real para mirar hacia dentro, sentir la propia presencia y amarse — para amar familia y trabajo. Sin fondo ni aspiración interiores, uno es como un pescado salado; para familia u organización, un cajero o una niñera. Recordarse «cómo vivir bien esta vida» ayuda a coordinar pareja, hijos, amigos y colegas.
Frente a clásicos como 7 Hábitos, muchas charlas de Año Nuevo y formaciones de baja gama son vacías. Pagar por “conocimiento” en cápsulas rara vez supera comprar un clásico probado y leer en calma. «El pan masticado por otros no tiene sabor».
Publicado el: 15 de sep de 2025 · Modificado el: 26 de oct de 2025