Autoconciencia
Últimamente leo Principles. Una idea clave de Ray Dalio es mantener una mente radicalmente abierta. El requisito es saber qué sabes y qué no — es decir, cultivar la autoconciencia.
Hay dos niveles del yo: superior e inferior. Emoción, miedo, instinto y reacción inmediata pertenecen al yo inferior. Autoconciencia, razón y reflexión, al yo superior. Este último debe mantenerse de forma deliberada para ser eficaz.
El hábito y la autoconciencia chocan. El hábito se vuelve «segunda naturaleza», y sin tomar distancia, muchos hábitos nocivos pasan desapercibidos.
- Planificas el día en el trayecto, pero al sentarte abres sitios de siempre para curiosear.
- Mientras trabajas, miras el móvil una y otra vez.
- En medio de una tarea, se te ocurre un concepto y abres una pestaña para buscarlo.
- Tras un hito pequeño, haces pausa de agua + móvil.
- Interrumpes a otros al hablar.
- Dices que vas a adelgazar, pero te sirves un muslo de pollo.
- Con trabajo acumulado, hojeas Weibo/Estados antes de empezar.
- Tomas el móvil para escribir a alguien y terminas en los Estados.
- Prometes leer 30 minutos antes de dormir, pero ves vídeos cortos hasta medianoche.
- Al escribir, caes en giros y vocabulario fijos.
- …
Todo lo anterior actúa como veneno crónico. Haz de la autoconciencia un sensor ultrasensible que te monitorice en tiempo real y anule los malos hábitos en cuanto asomen.
Los hábitos son como un vino en tinaja: fermentan con el tiempo. Los buenos hábitos, acumulados, se vuelven gran vino; los malos, con el tiempo, se avinagran. Solo controlando durante la fermentación —y no cuando ya está agrio— evitarás llegar tarde.
Publicado el: 8 de oct de 2025 · Modificado el: 26 de oct de 2025