Dogville — no quiero verla una segunda vez
Tras ver Dogville, una de las películas de la trilogía “USA” de Lars von Trier protagonizada por Nicole Kidman, creo que en esta vida no volveré a verla una segunda vez.
Al terminar, no pude evitar preguntarme qué haría yo si fuera un habitante de Dogville.
La naturaleza humana puede ser tan fea que ni Dios puede salvarla; solo haciendo que desaparezca el mundo sería un poco mejor — de ahí el Diluvio en la tradición occidental.
No quiero ver Dogville por segunda vez.
Una sima puede convertirse en camino, pero el abismo del deseo es difícil de colmar; no sabes hasta dónde llegará un corazón feo por algo que no le pertenece.
Cuando la gente de Dogville descubre tu “punto débil”, no se compadece; lo explota con más saña y te exige más.
Cuando creen que han “hecho algo por ti”, no lo ven como lo más básico de la decencia; esperan un reembolso por partida doble.
Pareció que una votación democrática permitió que Grace se quedara; el resultado parecía unánime, pero detrás de escena todos tenían sus propios planes.
Nunca permitas que en ti se produzca el “efecto ventana rota”. Cuando el muro cae, todos empujan; cuando el tambor se rompe, todos lo golpean. Porque, a diferencia de Grace en Dogville, es muy probable que tú no tengas poder detrás, y todo puede degenerar en una tragedia como «《天浴》».
La naturaleza humana es originalmente mala; solo bajo las restricciones de la moral y la ley la gente intenta vivir “hipócritamente”. En una sociedad de conocidos todos actúan un poco más amables, pero en un entorno donde nadie te conoce, el lado feo se muestra en todo su esplendor.
Publicado el: 27 de sep de 2025 · Modificado el: 26 de oct de 2025