Informes Anuales de Big Data y Privacidad

iDiMi-Informes Anuales de Big Data y Privacidad

A medida que termina el año, las redes sociales se inundan con mensajes de felicitación, propósitos de Año Nuevo e informes personalizados de distintas plataformas: el “Informe Anual de Escucha 2024” de NetEase Cloud Music, el “Mi Zhihu 2024” de Zhihu y el resumen de aprendizaje de Dedao. Curiosamente, recientemente el presidente de Geely, Li Shufu, comentó que Ma Huateng (Pony Ma) seguramente revisa a diario la actividad de los usuarios en WeChat. Ante esto, WeChat respondió afirmando que no almacena ningún historial de chat y que todos los mensajes solo se guardan en los dispositivos de los usuarios, como teléfonos o computadoras. Mientras tanto, Alipay, que en años anteriores había causado revuelo con su “Informe Anual de Gastos” —un informe que dejaba a los hombres en silencio y hacía llorar a las mujeres—, este año optó por el silencio y no publicó ningún reporte de este tipo.

Por un lado, las personas comparten sin preocupación sus listas de reproducción, libros leídos y gastos en plataformas de aprendizaje. Por otro lado, temen que WeChat revele su historial de visitas al perfil de su expareja. Y sin embargo, la falta del informe anual de gastos de Alipay no parece generar mucha inquietud.

La realidad es que todo lo que hacemos en Internet queda registrado, haciendo prácticamente imposible borrar o manipular la información a gran escala. Internet, como un dios omnipresente, observa a todos, por lo que es mejor no hacer nada demasiado contrario a la naturaleza humana. Este es el dios de la era moderna: ni Satán ni Jesús, ni bueno ni malo, sino completamente neutral. Quizás sea el mejor tipo de dios: uno creado colectivamente por la humanidad. En esta era digital, la protección de la privacidad se ha vuelto casi irrelevante. Los proveedores de servicios, intencionada o involuntariamente, recopilan, almacenan, analizan y utilizan nuestros datos. Incluso si una empresa no desea recolectar información, las regulaciones gubernamentales la obligan a hacerlo. Por ejemplo, la Ley de Ciberseguridad de China exige que los operadores de redes implementen medidas técnicas para monitorear y registrar la actividad en la red y conserven los registros durante al menos seis meses.

Un ejemplo es Gyroscope, una aplicación diseñada para la cuantificación de datos personales. No recopila datos por sí misma, sino que funciona como un agregador y herramienta de visualización. Al conectarse con aplicaciones de salud como Moves, Apple Health y Google Fit, integra datos sobre actividad física, rutas de movimiento y lugares visitados. A través de RescueTime, monitorea la frecuencia y el tiempo de uso de aplicaciones y sitios web. Al vincularse con redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram, fusiona datos sociales. Una sola aplicación puede demostrar que prácticamente todas las apps que usamos están recopilando nuestros datos.

Si bien los proveedores de servicios acumulan enormes cantidades de información sobre nosotros, solo nos permiten acceder a una pequeña parte de ella, generalmente en forma de datos estructurados y con poco acceso a datos no estructurados. Frente a estos fríos números, ¿cómo podemos descifrar su verdadero significado? Y aun si logramos comprenderlos, ¿qué sigue? ¿Realmente nos ayudarán a vivir mejor? Internet promueve la transparencia, la equidad y la apertura. En lugar de preocuparnos excesivamente por la privacidad, podríamos aprovechar el poder del big data para analizarnos, comprender nuestros hábitos y mejorar. Sin embargo, no debemos olvidar que lo que nos hace humanos son nuestras emociones y sentimientos, aspectos que los datos nunca podrán describir ni comprender plenamente. Aunque los números por sí solos no pueden despertar la creatividad, sí pueden ayudarnos a perfeccionarnos.

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Publicado el 2024-12-28, Actualizado el 2025-04-19